El taller de pintura mural, como ya he dicho,
se puso en marcha en la escuela el curso 1985-86, en un intento de dar
al centro un aire nuevo y a los alumnos, la oportunidad de vivir la
plástica un poco más allá de la clásica
hora del dibujo libre o alguna otra manualidad. Yo, que siempre he sido
un entusiasta de la pintura y que vivé el fenómeno de
la pintura mural después de la muerte de Franco por las calles
de Barcelona, como sistema de propaganda y forma de darse a conocer,
pensé que en la escuela se podía hacer lo mismo. La idea
era sencilla en principio: reproducir obras clásicas de pintores
conocidos, por el simple hecho de darles a conocer y con la pretensión
de conseguir un trabajo perdurable.
Los pintores escogidos para empezar fueron
Picasso y Miró. Con el tiempo, el taller duró cuatro años,
también pensé que estaría bien reproducir escenas
de cómics de autores conocidos y próximos a los alumnos.
Así surgieron los personajes d'Uderzo, Hergé y otros.
Cuando ya no quedaron más paredes para pintar,los pasillos donde
estaban las obras, pasaron a llamarse de Picaso, Miró, Hergé
y Uderzo.
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